Entre sueños o caminando despistado, llegan las mejores ideas, de repente pueden parecer geniales y maravillosas, pero después al analizarlas pueden parecer muy locas. Muchas de ellas son el producto del deseo interno de buscar soluciones, pero aunque puedan parecer ocurrentes, algunas veces son ideas que pueden revolucionar el mercado; muchos inventores han llegado hasta sus obras, por algo así como la casualidad.
La diferencia entre los grandes inventores y las personas del común, radica en que las primeras se mantienen en alerta, en observación permanente, ponen atención a lo que ven, escuchan e imaginan.
Luego de ese chispazo de ingenio, el paso siguiente es la planeación de la elaboración, venta y mercadeo. Lo importante es centrarse en las necesidades del cliente. ¿A quién va dirigido el producto?, ¿Qué necesitan estas personas?, ¿ Cuál es el producto mas parecido en el mercado y cuales son sus fallas y debilidades?, ¿Cómo llegar a sensibilizar al cliente sobre el producto?, estas preguntas son elementales durante la etapa de planeación de un producto, que en definitiva constituye un proyecto (lanzar al mercado el producto).
Sin embargo, a través de las entradas de este blog se puede ir descifrando una etapa anterior al mercadeo, ya sea para una idea de comercialización o sólo una idea para mejorar la calidad de vida de la familia. Esta etapa consiste en la planeación de la fabricación, en la que se debe preguntar cosas como: ¿De qué esta hecho?, ¿Qué procesos se deben realizar?, ¿ Cuánto tiempo gasta elaborar el producto?, ¿La fabricación tiene un gasto alto de energía?, ¿Qué proceso se ha utilizado normalmente para elaborar el producto? y el que todos deberían pensar, ¿Cómo mejorar el proceso tradicional?.
Ya sea de forma general, o centrándome en algunos ejemplos intentaré ir ampliando el conocimiento general sobre la elaboración de productos, desde la perspectiva de la ingeniería pero en palabras claras (de la jerga común).
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